La contabilización individual de calefacción de en edificios dotados de calderas centralizadas, es posiblemente la iniciativa de eficiencia energética más rentable de cuantas existen, considerando el enorme potencial de ahorro y la escasa inversión necesaria para el usuario final. En España, 1.2 millones de viviendas podrán ahorrar una media del 20% en su gasto en calefacción, unos 210 €/año por vivienda, lo que supone para el país un reducción de emisiones de 1 millón de tCO2 anuales, y la creación de 3.000 puestos de trabajo estables.

Aunque el asunto está en primera línea de actualidad en el sector, desde 2012, año en que se publicó la Directiva de Eficiencia Energética 27/2012/UE (DEE), aún es preciso poner luz sobre los importantes retos que este asunto tiene para el futuro. 

Algunos retos de los contadores individuales de calefacción central

¿Estamos preparados para adoptar la (próxima) publicación de la nueva Directiva de Eficiencia Energética?

La nueva Directiva de eficiencia energética aporta cuestiones relevantes tales como:

  • Aclara y reafirma la necesidad de la contabilización individual de calefacción y ACS, con apartados específicos a esta cuestión
  • Obliga a que todos los dispositivos de medición (contadores de agua o calefacción, repartidores de costes) se instalen con lectura remota antes de 2020
  • Regula la información de sus consumos que debe estar disponible al usuario final, así como el medio (internet, etc.) a utilizar y su frecuencia
  • Interoperabilidad entre los sistemas de comunicación y obtención de datos

Habrá que instalar repartidores de costes en 9 millones de radiadores

¿Estamos los agentes del mercado (instaladores, fabricantes, etc.)suficientemente formados y conscientes de que la calidad en el producto, la instalación y el servicio son esenciales para el éxito de esta iniciativa? Necesitamos saber contestar a las siguientes preguntas:

  • Cómo puede un edificio comprobar que su instalación y servicio son correctos
  • Cuáles son los mínimos estándares de calidad según la norma AENOR

¿Nos atreveremos a aprovechar la oportunidad para optimizar la eficiencia de los sistemas centralizados de calefacción?

La contabilización individual de la calefacción, junto con la instalación de válvulas termostáticas, es una oportunidad inigualable para optimizar el equilibrado hidráulico, el confort de los vecinos, y la eficiencia energética de las instalaciones. La esperada transposición a nuestra legislación: el RD de contabilización de consumos, luces y sombras. La redacción del borrador de RD arroja retos para el funcionamiento del mercado que debemos tener en cuenta:

  • No contempla las válvulas termostáticas (aunque parece que los últimos borradores las vuelven a incluir)
  • Facilita el “mercadeo” de exenciones, de forma que cualquier edificio que no quiera instalar, saltándose la obligación, seguro que encontrará alguien que le pueda hacer “exento” tal como ha sucedido en Italia
  • Hace un mercado totalmente rígido, sin flexibilidad, sin posibilidad de opciones importantes para el usuario final, como la posibilidad de alquiler de los dispositivos de medición, algo que haría un mercado prácticamente imposible en su funcionamiento.

Por último una reflexión adicional, en forma de reto para el legislador. El nuevo bono térmico: ¿no se ha perdido una oportunidad para el ahorro? El bono térmico, otorgado con cheque, no inventiva el ahorro, pues se da por igual a diferentes tecnologías, más o menos contaminantes, se otorga independientemente del consumo, de igual manera a familias que consuman más o menos, e incluso se da de forma independiente del gasto en calefacción (las familias no lo percibirán como un ahorro en calefacción sino como una ayuda dineraria). ¿No hubiera sido mejor ligar este bono a un porcentaje de consumo en calefacción, como el eléctrico, y así incentivar el ahorro? Claro, para a hacerlo, antes hay que medir los consumos, y en eso estamos muy por detrás de donde deberíamos estar.

Con todo, a pesar de los retrasos en la publicación de la transposición de la Directiva, desde 2012 en España se han instalado aproximadamente 150.000 viviendas con repartidores de costes de calefacción, con casos de éxito muy relevantes (y también con algunas sombras de las que hemos aprendido), en un mercado apoyado por las grandes ESCOs y las grandes compañías energéticas, y que por tanto tiene todos los mimbres para ser un éxito en nuestro país.

Fuente: ista.com


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